Decidir es sinónimo de elegir, sin embargo, creo, tiene una carga más "pesada".
Pareciera que si elegimos es porque queremos, en cambio, las decisiones son momentos de quiebre, aunque sean pequeños, donde no queda otra opción (más sinonimos), que decidir.
Elegir puede esperar, decidir NO.
Elegir puede ser una suerte, decidir, de mínima, es comprometido.
Quedamos atados a nuestra decisión. Irreversiblemente.
Y en esas decisiones, cambiamos de pareja, de trabajo, de casa, y tantas cosas más que cambian el rumbo!
Ahora bien, hay mucha gente que está acostumbrada a decidir, no porque tenga una capacidad extra para eso, sino porque, justamente no le quedó otra, y a partir de ahí, se compromete con lo que hace de su vida, en el aspecto que sea, amor, trabajo, militancia, familia, y todo lo que sea importante para uno.
Pero hay otros, que no pueden elegir, ni te cuento sobre decidirSE.
Y eso no sería ningún problema, si no tiene que ver con nosotros, pero cuando tiene que ver, ay, ay, ay...por favor!!!
Por eso creo que una de las mejores decisiones que se pueden tomar cuando uno no se anima a decidir, es dejar que otro lo haga, y luego...A NO QUEJARSE.
Quizás no haya diferencia alguna entre elegir y decidir, pero yo elijo decidir, y me hago cargo. Pero no me puedo hacer cargo de lo tuyo...
ahora te toca a vos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario